La independencia es un aspecto crucial en la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, ya que les permite tener un mayor control sobre su día a día, mejorar su autoestima y participar de manera más activa en su vida social y familiar. Fomentar la autonomía no solo impacta positivamente en el bienestar físico, sino también en el emocional, al reducir la dependencia de terceros y promover la inclusión. El acceso a herramientas adecuadas, como sillas de ruedas personalizadas, dispositivos de asistencia y entornos accesibles, es fundamental para que estas personas puedan desenvolverse de forma más independiente y disfrutar de una vida plena y significativa.
Seguir leyendo