La designación del secretario del Senado Gregorio Eljach como candidato del presidente Gustavo Petro en la terna para elegir procurador es un símbolo muy potente de cómo la política tradicional se mantiene y sobrevive a pesar de todas las promesas de cambio. Se ha calificado esta selección como una jugada maestra porque al designar a un hombre con amigos en todos los partidos políticos, y que ha tenido por años un cargo de inmenso poder, deja casi sin ninguna posibilidad a los otros ternados, candidatos que también salen de la entraña política, no sobra recordar. Si es idóneo o no, ni siquiera se debate.
Seguir leyendo