Del embrujo de Delhi y el caos que atrapa de Adra con el Taj Mahal, como su principal imán turístico, pasamos a la paz y al entorno curativo de Kerala. Este Estado, que se encuentra en el suroeste del país, en la costa de Malabar, prácticamente no tiene nada que ver con ninguna zona que hayas podido visitar de la India, es un mundo aparte. La tranquilidad que se respira, la vegetación abundante —gracias a las lluvias del monzón—, el olor de las especias, los cultivos de plantas medicinales, los cocoteros… Todo lo que se respira en Kerala es saludable, por algo estamos en la cuna del ayurveda, la medicina integrativa tradicional de la India.
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