Conocidas en el ámbito médico como los “grandes killers”, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer son las principales causas de mortalidad en el país, representando un enorme desafío para el sistema sanitario. Estas patologías no solo afectan la salud de la población, sino que también generan un fuerte impacto económico y social, elevando los costes médicos, aumentando las bajas laborales y causando efectos psicológicos en pacientes y sus familias.
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