El día a día de una empresa como Duro Felguera, que se dedica a complejos proyectos de ingeniería para los sectores de energía, industria, petróleo y gas, debería estar plagado de anuncios de contratos o de entrega de obras. Por desgracia, hace ya varios años que la asturiana protagoniza pleitos, solicita capital o ve cómo muchos ingenieros vuelan a la competencia. La SEPI la rescató tras la pandemia con 120 millones de euros, una inyección que empezará a devolver el año que viene (según el ente público, el primer pago será de cinco millones). Sus acciones, que en 2010 llegaban a picos de 37 euros, pelean estos días por alcanzar los 70 céntimos. Las noticias de los últimos meses inquietan aunque, al mismo tiempo, en ellas puede viajar la solución a una década turbulenta.
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