Menos de un mes le ha durado el estrellato a Anna Delvey. Cuatro semanas de fama que ella misma, eso sí, ya está tratando de estirar, aunque sea a base de enfados y críticas negativas. El pasado 4 de septiembre, el veterano y muy célebre programa de ABC Dancing With The Stars anunciaba el casting para su 33ª temporada. Además de la actriz de Sensación de Vivir Tori Spelling, el exjugador de la NFL Danny Amendola, el veterano de la NBA Dwight Howard, la jugadora de rugby olímpica Ilona Maher o el actor Eric Roberts (hermano de Julia Roberts y padre de Emma), entre otros, el fichaje más sorprendente de la temporada era el de Anna Delvey, o Anna Sorokin, por su nombre real. La exconvicta, que pasó varios años en la cárcel, aprendería durante esta temporada de la mano del recién ascendido bailarín Ezra Sosa. Sin embargo, Delvey ha durado exactamente dos programas: el introductorio y el primero con eliminaciones, en el que ha sido expulsada. Y desde su marcha no ha dejado de lanzar críticas contra el formato.
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