Desde París, donde está estudiando un Máster de Mercados Financieros e Inversión tras un tiempo trabajando en una importante consultoría financiera, Juan Carrasco explica que ha decidido colocar parte de sus ahorros en un fondo de capital riesgo con un plazo de iliquidez de 10 años. Tiene claras sus razones. En primer lugar, explica, quiere dedicarse a este segmento del mundo de la inversión porque cree que en él está el futuro (“que ya ha empezado”, puntualiza). En segundo lugar, porque, tras analizar los datos, su conclusión es que a largo plazo podría obtener una rentabilidad media anual neta por encima del 15%. Entre las otras muchas ventajas que ve a la inversión alternativa que supone el capital riesgo, destaca una última: en el actual entorno de tipos de interés a la baja e importantes tensiones geopolíticas y económicas, “la renta fija ya no ofrece rendimientos atractivos y la variable es demasiado volátil”.
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