Solo usted sabe y siente, en su corazón, si Dios existe y cuál es el creador verdadero. No vamos a discutirlo. Se ha hecho ya millones de veces en la historia de la humanidad y con el resultado de esos debates podríamos llenar de sangre tres o cuatro veces la fosa de las Marianas. Pensemos, si le parece (al menos en terrenos del pasado judeocristiano), que Jesús existió como ser humano maravilloso. La divinidad, repito, no viene al caso.
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