Hay, al menos, dos Irenes Montero. Está la de la imagen de portada de su libro, enérgica, orgullosa, que aplaude mirando a la grada, donde se sientan los que tienen prohibido aplaudir, gesticular, increpar a sus señorías, jalearlas cuando es preciso, hacer fotos con sus teléfonos móviles. Es una mujer que aplaude como lo hacen las mujeres zurdas, haciendo que la diestra reciba todo el impacto. Que aplaudió ese 16 de febrero de 2023, cuando el congreso aprobó la ley trans y la reforma de la ley del aborto, mientras, detrás, cuatro diputados del Partido Popular estaban, digamos, a por uvas. O haciendo como que no estaba.
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